domingo, 5 de septiembre de 2010

Reflexión sobre la amistad.

  Había una niña que tenía muy mal carácter. Un día su padre le dió una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, debería clavar un clavo en la valla de atrás de la casa. El primer día la niña clavó 37 clavos en la valla... Pero poco a poco fue calmándose, porque descubrió que era mucho más fácil controlar su carácter que clavar los clavos en la valla. Finalmente, llegó el día en que la niña no perdió la calma para nada...y se lo dijo a su padre y, entonces el papá le sugirió que por cada día que controlara su carácter, debería sacar un clavo de los que ella había clavado con anterioridad.

  Los días pasaron y la joven pudo finalmente decirle a su padre que ya había sacado todos los clavos de la valla..., entonces el padre llevó de la mano a su hija a la valla de atrás de la casa, y le dijo: "Mira hija, has hecho bien, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron. La valla nunca podrá ser la misma de antes..."
Cuando dices o haces cosas con coraje, dejas una cicatriz como este agujero. Es como meterle un cuchillo a alguien,aunque lo vuelvas a sacar, la herida ya quedó hecha. No importa cuántas veces pidas disculpas, la herida está ahí...Una herida física es igual de grave que una herida verbal.

  Los amigos son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibirte... Cada pequeño saludo, cada pequeña sonrisa, cada mano que damos para ayudar, salva a un corazón herido.
  Con esta reflexión, te quiero decir que TU eres especial. Hay un milagro llamado AMISTAD que se abriga en el corazón. No sabes cómo ocurre o cómo es que comienza, pero sabes que es algo especial que te levanta y, es cuando te das cuenta que la AMISTAD es el regalo más precioso de Dios.

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