lunes, 27 de septiembre de 2010

Carta de un preso (tercera parte):

Carta desde la melancolía:

  Otra vez el Sol se despierta y la Luna se acuesta, otro día se levanta ante mí, ¿será hoy el día que yo espero?
  Antes de seguir exponiéndole mi penar, permítame recitarle una poesía que he escrito expresamente para vos, espero que estas palabras escritas desde el corazón, ablanden el suyo y permitan a este preso de amor quedar definitivamente en libertad:

  “Anoche soñé con Vos,
soñaba que me quería,
que mi vida tenía sentido,
y mi corazón por vos latía.

  La alegría inunda mi vida,
la felicidad rebosa el alma mía,
el amor en mi corazón se ha quedado,
Vos sois la “culpable” de todo mi penar.

  Siempre temo nuestras despedidas,
a menudo me pregunto si habrá un mañana,
casi siempre lloro cuando no está a mi lado,
de lo único que estoy seguro
es que siempre la querré.”

  Por mucho que lo intente, no consigo olvidarme de Vos y, sólo deseo volverla a ver. ¡Ojalá esta tarde, como todas las tardes hasta ayer, nos volvamos a encontrar!
  Nuestros corazones laten sin parar, nuestras vidas no pueden seguir de esta manera, nuestras almas gemelas sólo tienen un camino: el estar juntas para toda la eternidad.
  Parece que usted no sea consciente de nuestro destino; deje que el amor, que nuestro amor fluya por nuestras venas, que el cariño y el deseo rebose en nosotros, permita que este corazón herido viva dentro de Vos. No niegue lo evidente, no justifique lo injustificable, deje de seguir engañándose y ¡libéreme de esta pesada carga que tengo que sufrir día tras día!
  Sí señora Juez, como ya le dije, sólo usted tiene la llave de mi celda. Sólo usted puede conseguir que este corazón destrozado por el infortunio del destino, vuelva a sonreír.
  Pienso en el instante en que nos volvamos a ver, en el momento en que los dos nos abracemos, nos besemos, nos toquemos. Sólo puedo pensar en verla de nuevo, en volver a ver sus preciosos ojos azules y sus labios rojos como el color de mi sangre. Volver a mirar su melena de color negra y, su figura esbelta. Sólo deseo estar una noche con Vos para poder demostrarle lo mucho que la quiero, ¡daría mi vida por estar cerca de usted!

  La hora del reencuentro vuelve a estar cercana, la hora en que los dos nos volvamos a ver está cada vez más cerca… ¡Cuán larga es la espera dentro de la cárcel!

  “Muchas veces los grandes destinos se construyen a partir de pequeñas cosas.”
  El amor que le tengo, el deseo por Vos no es un sentimiento terrenal, está al alcance de unos pocos, usted es la persona más maravillosa que he conocido jamás. Hay varias maneras de querer a una persona, pero una sola de amarla. Por mucho que lo intente, no puedo parar de pensar en usted; por mucho que me esfuerce, no consigo apartarla de mis pensamientos; por mucho que me diga, sólo la amaré a usted.

  “La vida nos lo pide, nos lo pide el corazón.”
  ¡Cuánto la amo! Sólo deseo estar a su lado una vez más. Este pobre preso de amor le pide una oportunidad para volverla a ver, para volverla a abrazar, para volverla a acariciar, en definitiva, sólo le pide que por favor no me falle otra vez: por favor acuda hoy a nuestra cita diaria en el parque que hasta ayer era el parque de la esperanza y, hoy es el de la desesperación. No falte a su cita, yo ya la estoy esperando aquí sentado en el mismo banco de siempre. No lo niegue, no se resista, sólo acuda a nuestra cita, por favor se lo pide un corazón desorientado…

  “No tenga miedo de dar el paso, déjese llevar por sus sentimientos”.
Bien, esperando estoy una vez más y las pesadas manecillas del reloj marcan la hora de nuestro reencuentro y, a pesar de mirar por todos los costados, sigo sin ver a mi estrella, a mi destino, ¿por qué me castiga de esta forma? ¿no es Usted mi libertadora? A lo mejor me he equivocado y la vida me da una mala pasada…, a lo mejor Vos no es la persona que me tiene que “sacar” de la cárcel…
  Sentimientos de pasión, pasión infinita, infinita cautividad, cautividad oscura, oscura mi suerte, suerte maldita, maldita Vos por confiar en usted.
  ¡Qué duro es el amor! ¡Qué triste es la vida sin tener un ser amado, pero más triste es tenerlo y no poder estar a su lado!
 
  “Si amas a una persona, demuéstraselo.”
  No me quiero alargar más con esta carta que espero le llegue hasta el alma; no quiero sumergirme en las gélidas aguas del desamor; no quiero hacer caso de mi pensar, tan sólo quiero escuchar a mi corazón y pensar que esta ausencia de Vos a nuestra cita es debida a un descuido por su parte. Descuido imperdonable, pero no dude que este preso volverá mañana a este oscuro lugar con el único pensar de volverla a ver y abrazar, porque el amor que le tengo es un amor eterno. La quiero con locura, la deseo, la amo, la adoro y, por tanto, no se preocupe que mañana acudiré al parque para intentar verla, no me vuelva a fallar, por favor.

  P.D.:  Cada noche sueño con Vos, sé que algún día está más próximo, sé que el día de mi libertad se acerca, siempre habrá la esperanza del amor.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario