domingo, 5 de septiembre de 2010

Carta de un preso (segunda parte):

  Carta desde la cárcel:

  "Tan sólo un  minuto bastaría para entender la diferencia entre amar y querer."
  Otra vez escribo a la persona amada, a la única persona a la que he amado con locura, con esa locura quinceañera en la que consigues la Luna sin esfuerzo, con esa locura que guardas dentro de tu corazón para darle a tu amada lo más tierno y bonito que le puedes ofrecer: una mirada.
  Esos ojos que sólo el mirarte te dejan sin palabras; esos labios que sólo el besarte consiguen que se te pare el corazón; esas manos que sólo el cogerte te deja sin aliento; esas palabras que sólo el oírlas se te paralizan las piernas; ese corazón que sólo el latir ya te produce escalofríos; esto y más siento por usted, señora Juez.

  "Tan sólo una mirada bastaría para entender lo que me quiere decir."
  Ya llega la hora de reencontrarnos, de que los corazones se junten otra vez, que el amor fluya entre nosotros, en definitiva, ya llega el momento de quedar en libertad "provisional". No dude en que hoy voy a luchar para que esta libertad sea definitiva, no dude en qu voy a luchar para conseguir la sentencia absolutoria a todos mis cargos de amor.
  Si me permite que le haga unas preguntas, le diré: ¿Por qué se me castiga de esta manera tan cruel? ¿Por qué me confinan a esta oscuridad permanente, en la que no consigo ver sufin? Basta ya de tantas injusticias, me considero redimido de todos mis males, es mucho tiempo luchando ante tal situación, pero no se preocupe, mis fuerzas están intactas y, me consuelo al pensar que cada día que pasa estoy más cerca de ver la luz de las estrellas brillando en su cara, y disfrutando de un paseo por la orilla del mar sin tener que mirar el maldito momento en que nuestras almas se vuelvan a separar y, yo tener que volver a mi celda.

  "Tan sólo un beso puede animar a este pobre encarcelado."
  Falta menos para encontrarnos, las piernas me tiemblan, noto que mi corazón se altera y temo que se me vaya de mi ser; el latir no cesa, la hora se aproxima.
  Me levanto y contemplo a mi alrededor, los cisnes vienen y van por el lago dibujando un bonito corazón en el agua, ¿será el destino? ¿será el amor que hace soñar? Miro a mi alrededor y, ni rastro de usted. Vuelvo a mirar: detrás de los árboles, entre los rosales, al Cielo, entre las nubes, detrás de las flores y,...nada. Mi pulso se acelera, mis nervios me corroen, las dudas se me adueñan, ¿vendrá mi amor a verme hoy y liberarme para siempre?
  Vuelvo a mirar por todos los rincones del parque, el tiempo se agota, la oscuridad me acecha, mis ojos me lloran y mi pena me cubre con un manto negro de desesperación.

  "Tan sólo deseo una cosa: poder recorrer su cuerpo con mis manos..."
  Ya no puedo más, me preocupa el pensar que ya no la vuelva a ver en mi vida: quizás todo haya sido un sueño, un bonito pero corto sueño; pero me resulta imposible imaginarme a una persona tan hermosa como usted, por lo que deduzco que es real y, por tanto, no ha sido un soñar.
  Oigo unos pasos acercándose hacia mí, me doy la vuelta...pero tan sólo son las "llaves" que están a punto de encerrar a mi corazón a la prisión a la que usted me tiene sometido.
  La hora de vernos ha llegado a su fin, los nervios y la inquietud se apoderan de mí; no sé qué hacer, mi mirada se pierde en el infinito buscando a la persona a la que amo, daría mi vida por verla de nuevo, por estar un sólo instante con usted y poderle decir cuánto la amo.

  "Sobran las palabras, cuando quieres decir te amo, tan sólo mira en tu interior y déjate llevar..."
  ¡Maldita sea, señora Juez! ¡Maldita sea una y mil veces! Mi corazón ensangrentado late por usted y, no ha llegado a nuestra cita de cada día. ¿Cómo puede ser? ¿A qué es debida esta oscuridad, esta ausencia de la persona a la que amo? ¿Será que no le gusto y no me quiere liberar de esta carga a la que estoy padeciendo durante años?
  ¿Por qué me he tenido que enamorar locamente de la persona a la que me encarcela cada vez que no estamos juntos? Pobre de mí, pobre de mi corazón que se llena del vacío del desamor...
  Mi sentimiento en estos mometos es de rabia contra usted, yo he cumplido con mi parte, ¿por qué no cumple usted con la suya? ¿Por qué me deja aquí abandonado a la suerte del jurado? ¿Por qué no me rescata de las garras inflexibles de la justicia?
  ¡Maldita sea una y mil veces!

  "Tan sólo escuche a su corazón y sea justa con los demás."
  No tiene explicación, estoy buscándola sin cesar entre los rincones del amor y no la encuentro para que me libere de mi pena. Me juro no volverme a enamorar jamás en la vida,..., pero no puedo, no soy capaz de olvidarla, no es tan fácil olvidar lo vivido con usted, no puedo y no quiero dejarla escapar de mi lado. Lucho sin cesar por estar algún día a su lado y no separarnos jamás.
  Las puertas del amor se empiezan a cerrar, las estrellas ya no brillan como ayer, la Luna se entristece y es testigo de mi penar, pero aún así, no faltaré a la audiencia con usted. Mañana volveré aquí con el único pensar de reencontrarme con la mujer tan maravillosa que en su día se dejó enamorar por mí. Espero y deseo que mañana sea el día en que nuestros corazones disfruten de la ansiada libertad.
 
  Sin más, se despide un corazón herido.

  P.D.: Adiós carta con fortuna, con fortuna más que la mía porque vas a ver a mi amada, ya que no la puedo ver yo.

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